#VidaVitiligo: No te sientas Diferente, la Belleza también se encuentra unida a la Diversidad y a la Inclusión
El mundo está lleno de historias por contar, historias que nos inspiran, que nos motivan a tomar un camino, que nos enseñan un poco del mundo de otras personas, y nos muestran las vías para integrarlo en el nuestro propio. De tus historias, las mías, las nuestras se construye el mundo, y esa es nuestra intención. Engranar experiencias que nos ayuden a hacer del Mundo un mejor espacio para vivir.
Es así como decidimos crear este espacio en nuestro blog y relatar historias que nos enseñen los caminos que muchas personas han tomado, y que sus experiencias hablen por sí mismas. Las realidades se engranan de muchas visiones, testimonios, expertos en un tema, nos ayudarán a construir los relatos.
Hoy escribiremos acerca del Vitiligo, en un mundo donde se insiste en exaltar ciertos estándares de belleza, nos encontramos con esta condición, que aunque es vivida por un 3% de la población mundial (según datos de la Organización Mundial de la Salud), salta a la vista de muchos, llamando la atención a través de su manifestación de manchas blancas en la piel de las personas que la presentan, producto de su despigmentación.
En Engranart queremos resaltar el camino de la Belleza, unida a la diversidad y a la inclusión. Descubriremos de la mano de expertos y testimonios de personas con Vitiligo, lo que hay detrás de esta condición.
Comenzaremos en nuestra propia casa. Desde sus 18 años, nuestra Co- Fundadora, Cecilia Sprecace, presenta esta condición en su piel, y aquí nos cuenta su historia.
“Les voy a contar cómo surgió, tenía 18 años, cuando comenzaron a aparecerme unas manchas blancas en los muslos, de forma simétricas totalmente. Era algo que no me preocupaba mucho, pero sí llamaba mi atención. Comencé a acudir al médico, y el diagnóstico era hongos en la piel, como anteriormente había tenido problemas de este tipo, lo lleve de forma tranquila, hasta los 26 años de edad, momento en el cual me aparecieron manchas en las manos y en los codos, siempre simétricas, era la constante.
En esta etapa de mi vida había pasado varios episodios de mucha tensión y preocupación. Decidí cambiar de médico y llegue finalmente a quien realizaría el diagnóstico del Vitíligo. En ese momento me sentí triste, pensando en que podían avanzar las manchas en la piel. Ante esto, el médico me aconsejó que de ninguna forma me cubriera la piel para esconder las manchas, si estas seguían avanzando, que las llevara tranquila pensando que eran un adorno. Y la verdad es que seguí el consejo del médico. Años después, las manchas aparecieron en el cuello, mitad de los brazos, pies, piernas y abdomen.
Con respecto a la cura, no existe, pero hay una cantidad de tratamientos que ayudan a pigmentar la piel, Como cremas, barros, hasta rayos ultra violeta, he tenido oportunidad de probarlos casi todos, con éste último, empezó a salirme pigmento, solo que con el uso del protector solar me salió un acné en la cara, y decidí no colocármelos más.
El Vitiligo para mí ha sido una experiencia de vida. Cuando estoy en sitios públicos, como los aeropuertos, siempre hay personas que se me acercan, unas para darme consejos de los distintos productos que me debo poner y otros para saber qué es lo que tengo. Los niños son los primeros en observar, para ellos he inventado una serie de cuentos fantásticos para explicarles de qué se trata las manchas en el cuerpo.
Mi filosofía de vida ha sido agradecer a Dios, porque me envió el menor de los daños, con tantas condiciones, el Vitiligo es una de las más llevaderas. Un factor indispensable, es cuidarse, se deben cumplir con todos los cuidados que implica no tener Melanina en la piel, especialmente la protección solar.
En mi familia, he logrado incorporar esta condición en la crianza de mis hijos, soy el ejemplo de personalidad para ellos, y siempre han visto el Vitiligo con mucha naturalidad.
Me encantaría ayudar a tantas personas con este diagnóstico, ya que no todo el mundo lo toma fácilmente, hay muchas personas que han sido marcadas y lo asumen con preocupación, desagrado y muchísima angustia, la parte psicológica es muy importante, porque esta es una enfermedad con un fondo psicológico importante.
Mi consejo para ellos es “No te sientas diferente, la perfección no existe”. Después de vivir desde joven con esta condición es mi aprendizaje, ha sido algo que no siento, no es contagioso... puedo formar familia, tener hijos, seguir viviendo y trabajando por un mundo mejor”.
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